El sol brilla en el cielo azul mientras los turistas exploran las encantadoras calles de Sant Feliu de Guíxols, una hermosa ciudad ubicada en el corazón de la Costa Brava. Este día promete ser una aventura llena de historia, playas y arquitectura impresionante.
Comenzamos nuestro recorrido en el imponente Monasterio de Sant Feliu de Guíxols, un conjunto monástico que ha sido testigo de diferentes momentos constructivos y restauraciones a lo largo de los siglos. Esta joya arquitectónica combina elementos románicos, góticos y barrocos, y su iglesia es un destacado ejemplo de la belleza religiosa. Nos maravillamos con sus detalles intrincados y su atmósfera espiritual, sumergiéndonos en siglos de historia. Encontramos la emblemática Porta Ferrada. Esta puerta es el elemento más destacado del monasterio de Sant Feliu de Guíxols y ha sido testigo de siglos de historia. Su construcción se remonta al siglo X y su imponente presencia nos transporta a épocas medievales. Admiramos sus detalles arquitectónicos y nos dejamos llevar por la fascinación de estar frente a un monumento tan icónico.
Continuando nuestra visita por Sant Feliu de Guíxols, nos adentramos en la historia de la ciudad al descubrir la antigua muralla que rodea el casco antiguo. Esta muralla, considerada un monumento histórico, nos transporta a tiempos pasados y nos muestra la importancia defensiva que tuvo la ciudad. Recorremos sus senderos y nos maravillamos con la arquitectura y los vestigios de una época lejana. La muralla se encuentra ubicada en lugares estratégicos como la rambla Vidal y el Passeig del Mar, ofreciéndonos vistas impresionantes del entorno.
Después de nuestra visita al monasterio, nos dirigimos a las playas de Sant Feliu de Guíxols para disfrutar de un relajante paseo junto al mar. Comenzamos en la Playa dels Canyerets, donde el suave susurro de las olas y la brisa marina nos acogen. Continuamos hacia la encantadora Cala Joana, una pequeña y pintoresca playa rodeada de acantilados rocosos que nos brinda un entorno natural impresionante. Finalmente, llegamos a la Playa de Sant Pol, con su fina arena dorada y aguas cristalinas, perfecta para tomar el sol y darse un refrescante baño.
Después de nuestro paseo por la playa, nos dirigimos a "L'Escullera", una impresionante obra de ingeniería que protege el puerto y la playa del pueblo. Esta estructura elevada nos permite caminar sobre el mar, disfrutando de las vistas panorámicas mientras sentimos la brisa marina en nuestro rostro. A medida que avanzamos, nos maravillamos con la belleza de la costa y la actividad de los barcos en el puerto.
Continuamos nuestro día explorando la riqueza arquitectónica de Sant Feliu de Guíxols. Visitamos la Capella de Sant Amanç, una pequeña capilla de estilo barroco que nos cautiva con su encanto y elegancia. Su arquitectura detallada nos transporta a otra época y nos permite apreciar la maestría de los artesanos que la construyeron en el siglo XVII.
Finalmente, nos dirigimos a Sant Elm, una antigua ermita construida sobre una fortificación. Esta pequeña capilla rectangular, de estilo barroco, nos invita a reflexionar en su ambiente sereno y nos muestra cómo la fe ha dejado una huella en la historia de esta ciudad.