Castell-Platja d'Aro, situado en la comarca del Baix Empordà, en el corazón de la Costa Brava, fue el destino de mi día de turismo. Comencé con un relajante paseo por las hermosas playas de la zona. Primero, disfruté de la animada atmósfera de La Platja d'Aro, donde pude caminar por la orilla y disfrutar del sol y el mar. Luego, exploré la tranquila Cala Pedrosa, rodeada de acantilados y aguas cristalinas. Continué hacia la encantadora Platja de sa Conca, conocida por su belleza natural y aguas turquesas. También visité la pintoresca Cala Rovira, con su arena dorada y entorno tranquilo.
Después de disfrutar de las playas, me aventuré a recorrer el Camí de Ronda, un camino costero que bordea Castell-Platja d'Aro. Este sendero hecho sobre las rocas ofrece impresionantes vistas panorámicas de la costa y atraviesa una zona residencial.
Mi siguiente parada fue en el castillo de Castell d'Aro, situado junto a la iglesia parroquial en la parte alta del pueblo. Este castillo histórico ofrece una vista impresionante de los alrededores y es un testimonio de la historia de la región.
Continué explorando la arquitectura histórica de la zona y me encontré con la Torre Seguera, una torre de defensa circular construida en el siglo XVI. Su ubicación en la calle Castell i Mar en Castell d'Aro la hace destacar y es un punto de interés histórico en la localidad. También descubrí la Loggia de Senya Blanca, una construcción de estilo modernista con influencias brunelleschianas. Esta estructura, construida en 1949, se encuentra en el jardín de la casa la Senya Blanca en s'Agaró y es un ejemplo destacado del estilo arquitectónico noucentista.
Visité la iglesia de Nostra Senyora de l'Esperança de s'Agaró, una iglesia católica romana construida entre 1941 y 1943. Esta iglesia presenta una portada barroca y elementos góticos, y su estilo arquitectónico noucentista la hace destacar en el paisaje de la Avenida de l'Església.
Continuando con mi visita en Castell-Platja d'Aro, descubrí la Creu de Castell d'Aro, una obra destacada de la localidad. Se trata de un conjunto escultórico de piedra en forma de cruz de término. Ubicada en la Plaza de la Creu en Platja d'Aro, esta creu representa un elemento simbólico y cultural importante en la zona.
También tuve la oportunidad de explorar la vil·la romana de Pla de Palol, un importante yacimiento arqueológico romano. Esta villa romana, que data desde el siglo I a.C. hasta el siglo VII, se encuentra cerca de Cala Rovira. Fue un lugar de asentamiento y residencia durante la época romana, y su visita ofrece una fascinante visión de la historia y la arquitectura de la antigua civilización romana.
Mi día de turismo en Castell-Platja d'Aro fue una experiencia completa, que me permitió disfrutar de las hermosas playas, explorar la arquitectura histórica y sumergirme en la historia romana. Esta encantadora localidad en el corazón de la Costa Brava tiene mucho que ofrecer a los amantes de la historia, la cultura y la belleza natural.