Camprodon, un encantador municipio situado en la comarca del Ripollès y en pleno corazón de los Pirineos orientales, fue el destino de mi día de turismo. Este hermoso lugar se encuentra en la Vall de Camprodon, rodeado de impresionantes paisajes naturales.
Comencé mi recorrido visitando el Castell de Camprodon, una antigua fortificación ubicada en el núcleo de Camprodon. Aunque en ruinas, aún se pueden apreciar restos de las bases de los muros defensivos. Su construcción se remonta a los siglos XII y XIX, y su ubicación en el Puig de les Relíquies ofrece una vista panorámica de la zona. Quedé maravillado por la historia y el misterio que envuelven este castillo.
Después, me dirigí al paseig de la Font Nova, un hermoso paseo en Camprodon que se extiende desde el antiguo Casal hasta la Font Nova. Este paseo, construido a finales del siglo XIX, presenta un estilo arquitectónico neorromántico. Disfruté de un agradable paseo entre hermosas construcciones y un entorno natural encantador.
Continué mi visita en el Passeig Maristany, una calle del municipio de Camprodon. Construido a principios del siglo XX, este paseo destaca por sus casas notables y su ambiente acogedor. Admiré la arquitectura popular de las viviendas y disfruté de la atmósfera tranquila de esta encantadora calle.
No podía dejar de visitar el Castell de Rocabruna, una fortificación en el vecindario de Rocabruna. Este notable conjunto cuenta con una torre y muros que nos transportan a épocas pasadas. Su construcción data de los siglos X al XV, y su estilo arquitectónico refleja la obra popular de la región.
Continué mi visita en la imponente església de Santa Maria de Camprodon, la iglesia parroquial del municipio. Situada en el centro de Camprodon, esta iglesia se construyó en los siglos XIV y XVIII. Su estilo arquitectónico combina elementos góticos y barrocos, y su ubicación en la Plaza de Santa Maria la hace destacar aún más en el paisaje urbano. Quedé maravillado por la belleza y la majestuosidad de esta iglesia, que es un importante punto de referencia en Camprodon.
Después, me dirigí al monestir benedictí de Sant Pere de Camprodon, un monasterio ubicado en la localidad. Este monasterio, de estilo arquitectónico románico, fue construido en el siglo X. Admiré su estructura sólida y su importancia histórica como centro espiritual en la región. La tranquilidad del entorno y la atmósfera serena del monasterio crearon un ambiente propicio para la reflexión y la paz interior.
No pude resistir la oportunidad de acercarme a Sant Antoni Vell, una montaña de 1.340 metros situada en el municipio de Camprodon. Muy cerca del núcleo urbano de Camprodon, esta montaña ofrece vistas impresionantes de los alrededores. Aproveché la proximidad y subí a la cima, disfrutando de la naturaleza y la serenidad que ofrece este lugar.
También realicé un paseo por las poblaciones cercanas de Beget, Creixenturri y Bolòs. En Beget, visité l'ermita del Remei, un edificio del siglo XVII-XVIII que muestra un estilo arquitectónico popular. En Creixenturri, pude apreciar el Remei de Creixenturri, la iglesia parroquial del vecindario, construida en los siglos XVI-XVII y con un estilo arquitectónico de eclectismo neogótico. En Bolòs, me maravillé con la iglesia de Santa Maria de Bolòs, construida en los siglos XI-XII y representativa del estilo arquitectónico románico.