Anglès, un encantador municipio situado en la comarca de la Selva, fue el destino de mi día de turismo. Este pintoresco pueblo se encuentra en medio de un extenso valle, con la villa vieja elevándose sobre una pequeña colina, mientras que el núcleo moderno se ha ido extendiendo hacia la llanura circundante y sobre algunas pequeñas colinas que salpican el paisaje. La combinación de estas características geográficas contribuye al carácter distintivo de Anglès, ofreciendo un contraste fascinante entre la historia y la modernidad.
Comencé mi recorrido por la calle Mayor de Anglès, una de las calles más representativas y emblemáticas del municipio. Esta calle, que muestra una evolución arquitectónica desde los siglos XI hasta el XX, es un testimonio vibrante del desarrollo histórico de la localidad. A lo largo de sus tramos, se puede apreciar una fascinante mezcla de estilos, desde la sólida arquitectura gótica hasta la obra popular más reciente. La calle Mayor está salpicada de edificios con fachadas distintivas y detalles históricos que reflejan las diversas épocas de construcción. Mientras paseaba por esta vía, me sentí profundamente inmerso en el encanto del pasado, rodeado por el legado arquitectónico que da vida a la historia de Anglès. Cada edificio y cada rincón de la calle narran una historia, invitándome a explorar la rica herencia cultural y el carácter auténtico del municipio.
Después, paseé por la calle de Abajo, la calle más característica del pueblo de Anglès. Esta vía histórica está marcada por la presencia de casas que datan de épocas medievales, y su cronología abarca desde los siglos XIII hasta el XV. Al caminar por la calle de Abajo, me sentí como si hubiera sido transportado a épocas pasadas. Las casas, con sus fachadas de piedra y madera, exhiben una arquitectura medieval que ha resistido la prueba del tiempo. La autenticidad de las construcciones y sus detalles ornamentales reflejan cómo era la vida cotidiana en siglos anteriores, creando un ambiente que permite apreciar el pasado en cada rincón.
Continué mi recorrido por la calle Mossèn Jacint Verdaguer, situada en el barrio antiguo de Anglès. Esta calle es un ejemplo encantador de cómo se ha desarrollado la arquitectura del municipio a lo largo de los siglos, con construcciones que abarcan desde el siglo XVI hasta el XX. La calle presenta una combinación fascinante de estilo gótico y arquitectura popular, evidenciando la evolución de las influencias arquitectónicas a lo largo del tiempo. Mientras exploraba la calle Mossèn Jacint Verdaguer, me maravillé con los detalles arquitectónicos que adornan sus edificios, como los esgrafiados en las fachadas y los elementos de diseño tradicional. El carácter pintoresco de la calle, junto con su atmósfera histórica, proporciona una inmersión única en el pasado, permitiéndome disfrutar de la rica herencia cultural de Anglès en un entorno cautivador.
Me acerqué a la calle del Empedrado, una de las joyas del municipio de Anglès. Esta calle, que presenta una pronunciada pendiente, está rodeada por construcciones que datan de épocas medievales y casas de estilo gótico, lo que le confiere un carácter especial. Su diseño, que abarca desde los siglos XIV hasta el XX, combina elementos del estilo arquitectónico popular con el gótico, ofreciendo una atmósfera única y encantadora. Al recorrer la calle del Empedrado, me maravillé con sus adoquinados originales y las fachadas de piedra, que cuentan historias de tiempos antiguos y reflejan el desarrollo histórico de Anglès a lo largo de los siglos.
Continuando con la visita a Anglès, me dirigí a la plaça de la Vila, una plaza ubicada en el corazón del barrio antiguo. Esta plaza es el espacio más amplio de la zona y tiene una historia que se remonta a los siglos XIII y XIX. Su arquitectura es una combinación fascinante de estilos, con una mezcla de obra popular y elementos góticos que realzan su encanto. La plaça de la Vila no solo es un lugar central y vibrante del municipio, sino que también es un punto perfecto para disfrutar del ambiente local, relajarse y apreciar la belleza arquitectónica que la rodea. Su disposición espaciosa y su entorno histórico proporcionan una visión completa del carácter y la historia de Anglès.
Luego, visité el Castell d'Anglès, una construcción emblemática y de gran relevancia histórica en el municipio de Anglès. Este castillo, que data de los siglos XII, XIII y XV, se erige con majestuosidad sobre una colina, proporcionando una vista panorámica impresionante de la región circundante. La fortaleza, con sus imponentes muros y torres, refleja la importancia estratégica y defensiva que tuvo en su época. Durante mi visita, pude admirar la arquitectura medieval y la riqueza histórica que se respira en cada rincón del castillo. Cada piedra parece contar historias de tiempos pasados, y la vista desde sus alturas ofrece una perspectiva única del paisaje de Anglès. El Castell d'Anglès no solo es un símbolo de la historia local, sino también un testimonio de la evolución arquitectónica y militar de la región.
Después, me dirigí a l'Ermita de Santa Bàrbara, un hermoso edificio religioso situado en el municipio de Anglès. Construida a lo largo de los siglos XIII y XX, esta ermita destaca por su estilo arquitectónico de arte románico, que se manifiesta en sus detalles ornamentales y su estructura solemne. Situada en la sierra de Santa Bàrbara, la ermita se integra perfectamente en el entorno natural, ofreciendo un espacio sereno y contemplativo para los visitantes. La combinación de su arquitectura románica con el entorno montañoso proporciona una atmósfera de paz y espiritualidad, ideal para la reflexión y la meditación. La visita a l'Ermita de Santa Bàrbara no solo permite apreciar su valor histórico y arquitectónico, sino también disfrutar de las vistas panorámicas y la tranquilidad que ofrece su ubicación en la sierra.
No podía perderme la visita a l'ermita de Sant Amanç, un santuario situado en el vecindario de les Masies de Sant Amanç, en el municipio de Anglès. Esta iglesia, que fue construida a lo largo de los siglos XI y XVIII, presenta una interesante fusión de estilos arquitectónicos. Su diseño combina la arquitectura popular, con sus características modestas y funcionales, y el románico, con elementos más estructurados y decorativos. La ermita está ubicada en el extremo sur del término municipal, rodeada de un entorno natural que contribuye a su atmósfera de tranquilidad y serenidad. Este lugar no solo sirve como un punto de referencia religiosa, sino que también ofrece un espacio ideal para la reflexión y la conexión espiritual, enmarcado por la belleza del paisaje circundante.
No podía dejar de visitar Sant Miquel d'Anglès, una iglesia destacada ubicada en la Plaza de la Iglesia del municipio. Con una planta rectangular y una construcción que se extiende desde los siglos XVII hasta el XX, esta iglesia es notable por su imponente campanario, que se erige como un hito en el horizonte de Anglès. El estilo arquitectónico de Sant Miquel combina elementos del Renacimiento y del barroco, creando una estructura que es tanto impresionante como elegante. El Renacimiento se refleja en las proporciones armoniosas y el detalle decorativo, mientras que el barroco aporta un toque de exuberancia y dramatismo. Este lugar no solo es un centro de importancia espiritual para la comunidad, sino también un punto de interés arquitectónico que refleja la evolución del diseño eclesiástico a lo largo de los siglos.