Colera, un encantador municipio en el Alt Empordà, fue el destino de mi día de turismo. Este pueblo costero, ubicado entre Llançà y Portbou, ofrece una combinación perfecta de hermosas playas y encantadores paisajes montañosos.
Mi primera parada fue en la antigua Església de Sant Miquel de Colera, la iglesia parroquial original del pueblo. Construida en el siglo XII en estilo románico, esta iglesia fue trasladada cerca del mar en el siglo XVIII. Su ubicación en la Serra de la Balmeta ofrece una vista impresionante del entorno.
Luego, visité la actual Església de Sant Miquel de Colera, una iglesia parroquial ubicada en el núcleo urbano. Con una sola nave y capillas laterales, esta iglesia construida en el siglo XX presenta un estilo arquitectónico popular. Ubicada en el Carrer de l'Església, es un lugar de importancia religiosa y cultural en Colera.
Continué mi día con un relajante paseo por las playas de Colera. Primero, disfruté de la hermosa Platja de Garbet, con su arena dorada y aguas cristalinas. Luego, exploré la encantadora Platja de la Rovellada, conocida por su tranquilidad y belleza natural. Finalmente, visité la Platja d'en Goixa, donde pude relajarme y disfrutar del sol y el mar.
Continuando con mi visita en Colera, descubrí algunas casas destacadas en el municipio. Una de ellas es Villa Maria, una casa situada en el núcleo urbano. Construida en el siglo XX, esta casa de estilo arquitectónico popular se encuentra en el Carrer dels Horts y es un ejemplo de la arquitectura local de la época.
Otra casa notable es Ca la Paulina, ubicada también en el núcleo urbano de Colera. Construida en el siglo XIX, esta casa de planta rectangular exhibe el estilo arquitectónico popular característico de la zona. Su ubicación en el Carrer Labrun la hace parte del encanto del paisaje urbano.
El Xalet d'en Molar es otra joya arquitectónica en Colera. Esta casa, construida en 1921, se encuentra en una zona elevada frente a la playa dels Morts. Su estilo arquitectónico popular refleja la época y su ubicación en la Carretera de la Rovellada le brinda vistas impresionantes.
No podía perderme el icónico Pont del Ferrocarril, un puente de ferrocarril en el municipio de Colera. Construido en el siglo XIX, este puente de estilo arquitectónico del hierro es un testimonio de la historia y la infraestructura de transporte de la región. Ubicado en el centro de Colera, es un punto de interés arquitectónico.
Finalmente, me aventuré a las montañas de Colera. Exploré el Puig del Claper, una montaña de 235 metros que se encuentra entre Colera y Portbou. Disfruté de las vistas panorámicas y la naturaleza circundante. También visité el Puig Pelat, una montaña de 313 metros que ofrece una experiencia similar. Estas montañas son ideales para los amantes del senderismo y la naturaleza.