Despierto emocionado por explorar l'Ametlla del Vallès, un encantador municipio ubicado en la comarca del Vallès Oriental. Su rica historia y belleza natural prometen un día lleno de descubrimientos.
Comienzo mi recorrido por el Carrer Sant Sebastià, una pintoresca calle en l'Ametlla del Vallès. Paseo por sus adoquines mientras disfruto de la arquitectura local y el ambiente tranquilo que se respira en este encantador rincón.
Luego, decido explorar el Puiggraciós, situado en la confluencia de los términos municipales de l'Ametlla del Vallès, el Figueró i Montmany. Esta impresionante cima se encuentra en el área protegida de los Cingles de Bertí, y desde aquí puedo admirar el paisaje montañoso que se extiende a mi alrededor.
Continúo mi jornada dirigiéndome al Serrat de l'Ocata, un vecindario de masías dispersas. Me maravillo ante la Capella de la Mare de Déu de l'Ametlla, una encantadora capilla ubicada a una altitud de 325,5 metros. Su presencia serena y su historia religiosa me envuelven mientras aprecio las vistas panorámicas desde esta elevada posición.
El siguiente destino es el Turó de Puioret, una montaña de 598 metros que se encuentra entre los municipios de l'Ametlla del Vallès y Figaró-Montmany. Me aventuro a subir a la cima, donde la serenidad y la belleza natural me rodean, brindándome una sensación de paz y conexión con la naturaleza.
No puedo dejar de visitar Sant Genís de l'Ametlla, una iglesia parroquial con una historia que se remonta al año 906. Su arquitectura barroca y su ubicación en la Plaça de l'Església me transportan a tiempos pasados, mientras admiro los detalles y la belleza de esta joya arquitectónica.
Continúo mi visita en l'Ametlla del Vallès explorando el poblat ibèric de Puiggraciós, ubicado en la cima de la montaña del mismo nombre. Este asentamiento fue creado en el siglo III a.C. y ofrece una fascinante visión de la vida y la cultura de los antiguos iberos. Camino por las ruinas del poblat ibèric, maravillándome ante las estructuras arqueológicas que han resistido el paso del tiempo. Imagino cómo era la vida en este antiguo asentamiento, observando los restos de viviendas, fortificaciones y otros elementos que conformaban la vida cotidiana de la comunidad ibérica.
Mi día de turismo en l'Ametlla del Vallès no estaría completo sin visitar la ermita de Sant Nicolau de Puig Castellar, una hermosa construcción románica. Con su planta rectangular y su arquitectura atemporal, esta ermita evoca una sensación de serenidad y espiritualidad.
Finalmente, hago una parada en la Casa Rectoral, un edificio del siglo XVII ubicado en l'Ametlla del Vallès. Su estilo arquitectónico barroco y su ubicación en la Calle Sant Nicolau atraen mi atención, y me sumerjo en la historia y la cultura de esta región.