Un día de turismo en Cubelles se convierte en una experiencia inolvidable al descubrir las maravillas de este encantador municipio. Comienzo mi día con un relajante paseo por la playa Llarga, disfrutando del suave sonido de las olas y la brisa del mar. Continúo explorando la costa, visitando la playa de la Mota de Sant Pere y la playa de les Salines, cada una con su propio encanto y belleza natural.
Después de disfrutar del entorno costero, me dirijo hacia Santa Maria de Cubelles, una hermosa iglesia situada en la plaza del mismo nombre. Este edificio de estilo barroco, construido en los siglos XVII-XVIII, cautiva con su arquitectura imponente. Me sumerjo en su interior, maravillado por la elegancia de sus detalles y la tranquilidad que se respira en su ambiente.
Continúo mi recorrido y me acerco al castell de Cubelles, ubicado en la plaza del Castell. Este castillo, construido en el siglo XVII, cuenta con una historia fascinante. Aunque hoy en día se conservan principalmente ruinas, imagino la grandeza que alguna vez tuvo y me transporto a tiempos pasados mientras recorro sus alrededores.
Después de explorar el patrimonio histórico de Cubelles, me adentro en el carrer Major, una calle que atraviesa el municipio desde la iglesia parroquial hasta una de las salidas del pueblo. Este pintoresco camino está lleno de vida y animación, con tiendas locales y cafés que invitan a detenerse y disfrutar del ambiente.
Continuando mi paseo, llego al Carrer de Sant Antoni, una calle situada en la parte oriental del núcleo de Cubelles. Recorro sus calles admirando la arquitectura popular que caracteriza a esta zona. En esta misma área, encuentro la iglesia de Sant Antoni de Pàdua de Cubelles, construida en el siglo XVII. Su estilo arquitectónico y su historia religiosa añaden un toque especial a la experiencia.
Mi visita en Cubelles continúa mientras descubro más tesoros ocultos. Me dirijo hacia L'Ermita de Sant Pau, una impresionante obra barroca que se encuentra en ruinas. Ubicada en la cima de una colina cerca de la caseria de Gallifa, esta antigua capilla evoca un pasado lleno de espiritualidad. Aunque ahora en estado ruinoso, aún puedo apreciar la belleza de su estilo arquitectónico barroco y imaginar la importancia que alguna vez tuvo en la comunidad.
Después de explorar la ermita, me aventuro a las montañas de la zona. La Cogullada, con sus 136 metros de altura, ofrece una vista panorámica del municipio de Cubelles. Me maravillo ante la majestuosidad del paisaje mientras me adentro en la naturaleza que rodea esta montaña. Siguiendo mi camino, llego al Quinto, una montaña de 169 metros también ubicada en Cubelles. Me deleito con las vistas que ofrece, admirando la belleza de la región desde lo alto.
Cada nuevo descubrimiento en Cubelles me sumerge más en su historia y encanto. La ermita en ruinas y las montañas circundantes añaden una dimensión adicional a mi experiencia, permitiéndome conectar con la naturaleza y apreciar la grandeza de este lugar. Continúo mi visita con entusiasmo, sabiendo que aún hay más por descubrir en este hermoso municipio del Garraf.