Enclavada en el corazón de Castilla y León, Nava de la Asunción emerge como un destino donde la historia y la naturaleza se entrelazan en una danza perfecta. Este pintoresco municipio no solo cuenta con un rico patrimonio cultural, sino que también se viste de maravillas naturales que invitan a explorar y descubrir sus secretos. Al caminar por sus calles adoquinadas, uno se siente transportado a tiempos pasados, donde cada monumento y rincón cuenta una historia de fe, esfuerzo y comunidad. Aquí, el pasado cobra vida, y la esencia de los habitantes se percibe en cada detalle, en cada saludo, en la calidez de su acogida.
En el centro del casco urbano, se alza majestuosa la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, la joya del municipio. Su impresionante retablo mayor del siglo XVIII, obra del talentoso escultor Manuel Suárez, deslumbra a los visitantes con su intrincado trabajo en madera y su ornamentación dorada. Al entrar, el aire se llena de un silencio reverente, como si el tiempo se detuviera y las generaciones de fieles que han pasado por aquí susurraran sus plegarias. Las imágenes de santos, con expresiones serenas y llenas de luz, parecen observar a los visitantes con un cariño que trasciende el tiempo. La iglesia no solo es un lugar de culto, sino un verdadero santuario de la cultura local, donde la fe y la historia se entrelazan en un abrazo eterno, recordando a todos que la espiritualidad es una parte fundamental de la identidad de la comunidad.
A pocos pasos de esta magnífica iglesia, se encuentra la Ermita del Santo Cristo de la Expiración, otro testimonio de la devoción de la comunidad. Este pequeño pero significativo templo evoca la humildad y la esperanza de aquellos que buscan consuelo en sus muros. La atmósfera en la ermita es íntima y acogedora, un refugio que invita a la meditación y la reflexión. Decorada con sencillez, su belleza radica en su capacidad para conectar a los fieles con lo divino. Cada año, los habitantes del pueblo se congregan en esta ermita para celebrar festividades, uniendo a generaciones en un ritual que refuerza los lazos comunitarios y la continuidad de su herencia cultural.
En el corazón de la plaza de la villa, destaca la fuente del Caño del Obispo, un lugar que no solo proporciona agua, sino que también es un punto de encuentro para los habitantes de la localidad. La fuente, rodeada de bancos de madera, invita a los vecinos a reunirse, intercambiar historias y compartir risas. La estatua dedicada a Fray Sebastián de Arévalo y Torres, un ilustre hijo de Nava, rinde homenaje a su legado y a su contribución a la cultura y la educación de la región. Esta figura emblemática se erige como un símbolo de orgullo para los vecinos, quienes han cultivado una fuerte afición por el balonmano desde la creación del Club Balonmano Nava, un testimonio del espíritu comunitario y de la pasión por el deporte que ha unido a generaciones.
Pero el encanto de Nava de la Asunción no se detiene en su patrimonio arquitectónico. La localidad está rodeada de un entorno natural impresionante que invita a la exploración. Los Yacimientos de Matabuey son un lugar fascinante, un vestigio de la rica historia de la región que permite a los visitantes conectar con las raíces de la tierra. Aquí, los ecos de civilizaciones antiguas resuenan entre los árboles y las piedras, invitando a la contemplación y a la reflexión sobre el paso del tiempo. Las diversas rutas de senderismo, como la Ruta Vía Verde del Valle del Eresma, se convierten en caminos hacia la aventura, donde cada paso revela la belleza de los paisajes castellanos. Las vistas panorámicas, las flores silvestres y el canto de los pájaros crean un sinfín de sensaciones que despiertan el alma.
Estos senderos están diseñados para todo tipo de aventureros, desde los más inexpertos hasta los más experimentados, permitiendo que todos se adentren en la naturaleza y descubran la fauna y flora que habita en sus alrededores. Cada ruta es un viaje sensorial: el crujir de las hojas bajo los pies, el susurro del viento entre los árboles y el aroma a tierra húmeda después de la lluvia crean un ambiente mágico y revitalizante. Los tramos habilitados para bicicletas de montaña (BTT) ofrecen una emocionante alternativa para los amantes de la velocidad y el aire libre. Con cada ruta señalizada, los visitantes pueden maravillarse ante los paisajes, escuchar el canto de las aves y experimentar el frescor del aire puro, dejando atrás las preocupaciones cotidianas.
La novedad de los Murales de Sr. Moman ha convertido a Nava de la Asunción en un auténtico museo al aire libre, donde el arte y la cultura se fusionan con el entorno. Estos coloridos murales adornan las calles del pueblo, narrando historias y leyendas locales a través de un lenguaje visual que atrae tanto a locales como a turistas. Cada mural es un homenaje a la creatividad y la expresión artística, añadiendo un toque contemporáneo al rico patrimonio histórico de la localidad. Al pasear por las calles, uno no puede evitar sentir la energía vibrante que emana de estas obras, que transforman la vida cotidiana en una experiencia estética y cultural única.
Nava de la Asunción es un lugar donde el pasado se encuentra con el presente, un rincón que no solo invita a ser visitado, sino a ser vivido y sentido. Aquí, la historia se respira en cada piedra, la naturaleza acaricia el alma y la comunidad te recibe con los brazos abiertos, lista para compartir sus tradiciones y su amor por esta tierra. En cada conversación con los lugareños, en cada plato de su deliciosa gastronomía, se siente el orgullo de pertenecer a una comunidad que valora su herencia y su entorno. Así, al dejar este encantador municipio, cada visitante se lleva consigo no solo recuerdos, sino también una parte del corazón de Nava de la Asunción, un lugar que, sin duda, deja huella en el alma.