Castellanos de Moriscos es un municipio que, a pesar de su cercanía a Salamanca, conserva la esencia de los pueblos tradicionales de la comarca de La Armuña. Aquí, el pasado convive armoniosamente con el presente, y sus calles invitan a recorrer siglos de historia entre costumbres ancestrales y un profundo apego a la tierra. Esta localidad, que en las últimas décadas ha experimentado un notable crecimiento poblacional, mantiene su identidad agrícola y cultural, siendo un lugar donde el tiempo transcurre a un ritmo más pausado, pero cargado de significado.
El verdadero corazón de Castellanos de Moriscos es su iglesia de San Esteban Protomártir, una imponente construcción que refleja el esplendor del gótico rural del siglo XV. Este monumento no es solo una obra arquitectónica majestuosa, sino un testimonio viviente de la historia del municipio. Durante años, esta iglesia permaneció cerrada al culto debido a su deterioro, pero en 1999, fue declarada Bien de Interés Cultural, y su restauración devolvió el esplendor a sus muros de piedra. Al entrar, el visitante se encuentra con una atmósfera de recogimiento y solemnidad, donde destacan los arcos diafragma que sostienen su única nave y la bellísima capilla mayor, cubierta con una delicada crucería que evoca la espiritualidad y la devoción de siglos pasados.
Una de las joyas más preciadas del interior de la iglesia es, sin duda, el Cristo de las Batallas, una imagen venerada por generaciones de habitantes de Castellanos de Moriscos. Este Cristo, conocido también como el Cristo del Cid, posee una rica tradición de leyendas y milagros que han cimentado su importancia en la fe local. En tiempos remotos, la imagen se encontraba en una ermita cercana al cementerio, desde donde se trasladaba a la iglesia en procesión para celebrar su festividad. La talla, que ha sido testigo silencioso de la vida y la muerte de innumerables generaciones, sigue siendo el epicentro de la espiritualidad del municipio. Cada año, la devoción al Cristo de las Batallas se renueva con la fiesta más importante de Castellanos de Moriscos, una celebración que reúne a toda la comunidad en un ambiente de fervor religioso y festivo.
El carácter agrícola de la localidad se pone de manifiesto en la festividad de San Isidro Labrador, que cada 15 de mayo reúne a los agricultores del municipio para honrar a su patrón. Este día, que está profundamente arraigado en la vida rural de Castellanos de Moriscos, es una celebración de gratitud por las cosechas y una petición de protección para los campos. El ambiente en las calles se llena de vida, los vecinos se visten con sus mejores galas y la procesión recorre las tierras que, durante generaciones, han sido el sustento de la comunidad. Esta festividad refleja el fuerte vínculo de los habitantes con la tierra, un elemento esencial en la identidad del municipio, donde la agricultura sigue desempeñando un papel clave en la vida cotidiana.
Pero Castellanos de Moriscos no solo es historia y tradición, también es un lugar que ha sabido adaptarse a los tiempos modernos sin perder su esencia. Uno de sus mayores atractivos para los amantes de la naturaleza y el deporte son las Rutas Armuñesas, un circuito de siete rutas BTT que ofrece una oportunidad única para explorar los hermosos paisajes de la comarca. Estas rutas, que parten del polideportivo I.G.P. Lenteja de la Armuña, están diseñadas para todos los niveles de dificultad, permitiendo que tanto ciclistas experimentados como principiantes puedan disfrutar de la belleza de la región. Además, el municipio ha instalado un "bici-box" para facilitar el mantenimiento de las bicicletas, demostrando su compromiso con el deporte y el turismo activo. La posibilidad de recorrer estas rutas a través de los campos de lentejas, cereal y otros cultivos característicos de La Armuña, ofrece una experiencia de conexión profunda con la naturaleza, donde el silencio solo es interrumpido por el viento entre los cultivos y el canto de las aves.
Además, el paraje natural Arenal del Ángel, situado junto al río Tormes, es un rincón perfecto para quienes buscan tranquilidad y contacto con la naturaleza. Este espacio, dotado de mesas de merendero y bancos, es ideal para disfrutar de un día de campo, hacer una pausa durante una ruta de senderismo o simplemente desconectar del bullicio de la vida moderna. Los paisajes que rodean Castellanos de Moriscos, especialmente a orillas del río, son un tesoro natural que invita a la contemplación, a caminar sin prisas y a dejarse llevar por la serenidad del entorno.
Castellanos de Moriscos es un lugar donde convergen pasado y presente, tradición y modernidad, fe y naturaleza. Cada rincón del municipio cuenta una historia, desde las majestuosas piedras de su iglesia gótica hasta las leyendas del Cristo de las Batallas, y desde las fiestas en honor a San Isidro hasta las rutas que atraviesan los campos de La Armuña. Ya sea para los devotos que buscan una conexión espiritual, los amantes del deporte que disfrutan de la naturaleza o los curiosos que desean descubrir la historia rural de Salamanca, Castellanos de Moriscos ofrece una experiencia rica y variada que no deja indiferente a ningún visitante.